mirarse una vez no basta

Serie de pinturas análogas y digitales en pequeño formato en la que se intersectan la práctica pictórica del retrato y la auto-imagen fotográfica o selfie. Se trata de un proyecto colaborativo en el que un conjunto de modelos recibió un listado de pautas para generar auto-imágenes fotográficas con el objetivo de explorar conjuntamente (modelos y pintor) distintos estados emocionales y físicos, y crear un muestrario de las posibilidades varias que una selfie tiene como imagen: capturar momentos de reposo, de reafirmación o fracaso de la autoestima, actos de intimidad y erotismo para uso propio y compartido, exploraciones del propio cuerpo, imágenes de cansancio y vulnerabilidad, contenidas todas en poses y gestos de cuerpos que reflejan en su rostro la luz fría de sus dispositivos móviles, espejos digitales que no se conforman con devolver la imagen al espectador, sino que la atrapan para emitirla luego en forma de luz.